David Cano Martinez,
Socio director de Afi Inversiones Globales
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Un año más, llegadas estas fechas es habitual realizar el ejercicio de presupuestación para el siguiente ejercicio. Algunas empresas, más “aventuradas”, se atreven a contemplar un plan a más largo plazo, que llega hasta los próximos tres o, incluso, cinco años. Los acontecimientos de los últimos meses han puesto de manifiesto que el entorno VUCA en el que nos desenvolvemos provoca que tengamos que modificar con alta frecuencia la hoja de ruta que tenemos para el futuro, incluso el más inmediato. Pero siempre es bueno y recomendable hacer un ejercicio de presupuestación, aunque solo sea para pararse a pasar, para levantar un poco la vista de nuestro día a día.
Uno de los componentes básicos de todo presupuesto es el entorno económico global, y no sólo el nacional, el regional o el local, dado que, como también se ha constatado durante los últimos tiempos, lo que suceda a 10.000 km de distancia tiene un impacto vía inflación o tipo de interés, por ejemplo, en un pequeño negocio local. ¿Y qué podemos esperar para la economía mundial en 2024? El primer titular es: expansión, a una tasa similar a la 2023, es decir, del 3% (en términos reales, es decir, que habría que sumarle una inflación que, en media, será de otro 3%). Esto permitirá que el PIB mundial marque un nuevo récord, superando los 104 billones actuales.
Un PIB que sigue creciendo, pero que se concentra cada vez más en dos países: EE. UU. y China. Y esto es así porque, por un lado, son de las que avanzan a tasas mayores (sobre todo China, pero también EE.UU. que en 2023 ha sorprendido por su capacidad de resistencia y crecerá más que la Eurozona, el Reino Unido o Japón) y, por el otro, son las más grandes (por lo que un mayor porcentaje aplicado sobre una mayor base da como resultado un mayor crecimiento del PIB en USD y, con ello, un aumento de su cuota).
En consecuencia, estas dos economías suponen casi la mitad del PIB mundial: 27% y 18%, respectivamente, en una carrera entre ellas por ver si China será capaz de superar a EE. UU. Es importante señalar que el PIB se compara en USD, por lo que la variación del tipo de cambio de esta moneda frente al resto condiciona el análisis. Así, la apreciación generalizada del USD en los últimos meses (también frente al renminbi chino) provoca un menor crecimiento del PIB en USD del resto de países en relación al de EE. UU.
De esta carrera por el crecimiento, la Eurozona intenta no descolgarse, pero poco más, al tiempo que Japón no consigue avanzar, tanto por el menor crecimiento de su PIB como, sobre todo, por la fuerte pérdida de valor del yen desde el momento en el que comenzó la pandemia.
¿Qué se puede esperar para 2024? Como decíamos al principio, crecimiento del PIB, si bien con diferencias entre países. India, con un 6,3%, como el principal motor de la economía mundial. Atención a Vietnam (5,8%) e Indonesia (5,0%) como otros de los dinamizadores, ahora que China concentra recorte de previsión (4,2%). Los lastres los encontramos en la Eurozona, coincidentes con los de 2023: Alemania, con un débil avance (0,9%, al menos evita la recesión) e Italia repitiendo un decepcionante 0,7%.
Déjenme terminar con una última reflexión económica a partir del gráfico adjunto que también extraigo del World Economic Outlook, del FMI. En él se compara el PIB en 2023 de diferentes economías o áreas geográficas con el que tendrían que tener a tenor de las previsiones vigentes antes del COVID. La economía mundial se sitúa casi un 4% por debajo (es decir, aunque se ha conseguido recuperar todo el PIB perdido, no se ha conseguido compensar todo el “PIB no crecido”). Atención porque este comentario no es aplicable a EE. UU., país que sitúa su PIB incluso por encima del previsto antes de la pandemia. Podríamos decir, por lo tanto, que el COVID ha tenido 0 impacto económico allí. Diferente situación para el resto, en especial, los países de menos ingresos. Pero también en China, cuyo PIB está un 4% por debajo del que hace 4 años se esperaba que tuviera ahora.
