José Carlos Cuevas,
Partner at EY-Parthenon, Turnaround and Restructuring Strategy
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Con una rica trayectoria que se remonta a más de 80 años, el Grupo Abengoa (Abengoa) es una empresa constructora reconocida mundialmente por la ejecución de sus proyectos de energías renovables y agua.
Con una presencia geográfica que abarca 25 países, unas ventas anuales de 1.500 millones de euros y más de 11.000 empleados, Abengoa desempeña un papel fundamental en la economía española en general. “Abengoa es importante en términos de huella e imagen española”, explica José Carlos Cuevas, socio de EY-Parthenon Turnaround & Restructuring Strategy.
"Abengoa es importante en términos de huella e imagen española"
José Carlos Cuevas,
Partner at EY-Parthenon, Turnaround and Restructuring Strategy
Por lo tanto, la posición del Grupo dentro de la economía en general hizo que este compromiso específico fuera particularmente impactante, importante y desafiante.
Cuevas resume el desafío que afrontaba Abengoa simplemente como uno que involucraba “falta de efectivo” y en 2014, Abengoa tenía una deuda total de alrededor de 20 mil millones de euros, lo cual era insostenible.
Ante estas cifras, en noviembre de 2015, Abengoa decidió recurrir al concurso preconcursal para alcanzar un acuerdo que, ojalá, garantizara su viabilidad financiera.
Sin embargo, esto no tuvo éxito y en 2017 y 2019 se habían llevado a cabo dos reestructuraciones de deuda. En agosto de 2020 se propuso el “Plan Vellocino”, con nuevos planes de pago, apoyos gubernamentales y propuestas de línea de bonos.
A pesar de todos estos intentos, a finales de 2020 la situación no había mejorado y Abengoa aún tenía una deuda cercana a los 6.000 millones de euros. Además, el gobierno regional, Junta de Andalucía, se negó a aportar 20 millones de euros para ayudar a Abengoa.
En febrero de 2021, esta serie de acontecimientos dejó a Abengoa en una encrucijada crucial y el Consejo de Abengoa solicitó la quiebra de la empresa matriz, Abengoa SA.
Los equipos de EY-Parthenon fueron nombrados administradores concursales en marzo de 2021. Desde el principio, un aspecto único de este compromiso fue la atención de los medios. Dado el tamaño y el impacto de esta quiebra, este fue un obstáculo que tanto Abengoa como EY-Parthenon tuvieron que superar y con el que interactuar regularmente durante todo el proceso.
Inicialmente, se pidió a los equipos de EY-Parthenon que asesoraran sobre la quiebra de la empresa matriz, con la ambición de encontrar una salida alternativa para las filiales de Abengoa, donde se encontraba la mayoría de los empleados y la deuda.
Con el apoyo de los equipos de EY, las filiales solicitaron ayuda a la empresa estatal SEPI, que a menudo se utiliza como herramienta para implementar políticas gubernamentales.
El apoyo solicitado consistió en la solicitud de un préstamo ordinario de 203 millones de euros y un préstamo participativo de 46 millones de euros, junto con una línea de avales de 200 millones de euros respaldada por CESCE (Agencia Española de Crédito a la Exportación).
Sin embargo, en junio de 2022, la SEPI negó el apoyo con el que las filiales operativas solicitaron la preconcursal, y en noviembre de 2022, las principales filiales también entraron en quiebra, actuando ahora los equipos de EY-Parthenon como asesores en ambos procesos.
Como asesores de insolvencia responsables de ambos procedimientos de quiebra, los equipos de EY-Parthenon se enfrentaron a una mayor complejidad y nuevos desafíos que afrontar. Además, debido a la notoriedad de la empresa, “muchas partes intentaban presionar para lograr una solución rápida”, señala Cuevas.
Con una presión adicional, se requirió que los equipos de EY-Parthenon lideraran procesos paralelos y superpuestos que tenían el potencial de impactar significativamente la economía española, haciendo que este compromiso en particular fuera único, con mucho en juego.
El alcance del procedimiento también había aumentado sustancialmente: la quiebra inicial de la empresa matriz implicaba menos de 1.000 millones de euros, mientras que la quiebra de las principales filiales de Abengoa implicaba más de 5.000 millones de euros, aproximadamente 11.000 empleados y garantías técnicas de proyectos de 150 a 200 millones de euros.
En septiembre de 2022 entró en vigor en España un nuevo marco legal en materia de insolvencia. Esto ocurrió en el momento de la segunda petición para Abengoa. La nueva legislación fue diseñada para mejorar el marco legal existente en materia de prequiebra y proporcionar más alternativas. A largo plazo, esto fue útil tanto para los equipos de EY como para Abengoa, pero navegar por un nuevo conjunto de directivas generó nuevos desafíos e significó que la quiebra de las filiales tuvo que producirse bajo la nueva legislación europea sobre quiebras.
Como administradores de insolvencia, los equipos de EY-Parthenon lideraron el proceso y comunicaron cada paso de los marcos de insolvencia empresarial antiguos y nuevos a través de reuniones con las múltiples partes, incluidos el directorio y la administración de la empresa, inversores, jueces, más de 22 instituciones financieras diferentes, instituciones públicas. organismos (Ministerio, Agencia de Crédito a la Exportación, autoridades de la Bolsa de Valores) y otros asesores, garantizando que se empleara un proceso totalmente transparente y ágil.
La comunicación detallada abordó que las partes interesadas tuvieran acceso oportuno a información consistente y actualizada para facilitar la toma de decisiones informadas.
A lo largo del procedimiento de quiebra, los equipos de EY-Parthenon aprovecharon la amplitud de habilidades de toda la empresa para afrontar estos desafíos y ayudar a que la gestión operativa diaria de las subsidiarias continuara sin problemas.
Los equipos de EY-Parthenon lideraron la búsqueda de un comprador adecuado. La última solicitud de concurso de acreedores estuvo acompañada de una oferta de compra para mantener la actividad y el empleo del grupo. Posteriormente se recibieron más ofertas tanto para todo el grupo (siete ofertas) como, en algunos casos, para algunas filiales concretas (cinco ofertas).
Los profesionales de EY, como administradores concursales, analizaron todas las ofertas, colaborando con múltiples instituciones y partes interesadas para preparar informes en profundidad en línea con el nuevo marco legal de insolvencia y detallando los impactos de cada oferta en el grupo.
Finalmente, se realizaron más de 175 informes ante el juez, entidades de crédito y organismos públicos para permitir una decisión verdaderamente informada y asegurar el comprador adecuado para Abengoa.
La quiebra de Abengoa ha sido la segunda mayor quiebra de la historia de España por importe de deuda, y la primera gran quiebra bajo la nueva Ley Concursal, que estrechó los plazos y, por tanto, resultó un gran reto a superar para los equipos de EY.
Abengoa tiene un peso enorme en las economías de Sevilla y Andalucía y genera un enorme empleo colateral en toda España. La venta a COX Energy Group salvó más de 11.000 puestos de trabajo directos y garantiza aún más que Abengoa pueda seguir haciendo sus valiosas contribuciones a proyectos globales de energía renovable y agua.
Para Antonio Medina Cuadros, Jefe de Gabinete de Cox Energy America, los equipos de EY fueron “Excelentes, como administradores concursales; de acuerdo con la ley siempre han buscado preservar los intereses de los acreedores y encontrar una solución para la continuidad del grupo que preserve el empleo y la actividad, pero priorizando los derechos de todos los acreedores dentro del grupo. Fue un esfuerzo magnífico”.
Además, Cuadros destaca que con la venta no se pierden las aportaciones positivas que ha hecho Abengoa como empresa, afirmando que “el espíritu, la tecnología, las capacidades, las referencias y la experiencia de Abengoa en el sector de las energías renovables no se pierden; Cox Energy se ha encargado de eso. Creo que eso lo dice todo”.