Javier Torres,
General Manager para Iberia, América Latina y África de Cegid
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La inteligencia artificial ha pasado de ser una promesa futurista a una realidad con un impacto directo en el día a día de las empresas. No obstante, su adopción aún enfrenta desafíos significativos. En el ámbito financiero, donde la gestión eficiente de datos y la toma de decisiones estratégicas son clave, la IA representa una oportunidad única para mejorar la competitividad y optimizar procesos.
Un reciente informe de ASSET y Cegid, titulado El uso de la tecnología y la IA en la empresa española: una visión desde el departamento financiero, recoge las opiniones de más de 2.000 directores financieros y pone de manifiesto las barreras que aún existen para la integración de la IA en este ámbito.
Según el estudio, solo el 19% de los directores financieros afirma utilizar IA en sus operaciones diarias. Sin embargo, la percepción de su importancia es abrumadora: el 96% considera que será fundamental para mantener la competitividad de su empresa, y el 86% cree que invertir en esta tecnología es clave para el crecimiento del negocio. Nos encontramos, por tanto, ante una paradoja: aunque la IA es vista como una herramienta esencial, su adopción real sigue siendo limitada.
Uno de los principales frenos es la falta de conocimiento en los equipos financieros. De hecho, el 65% de los directores financieros admite que sus equipos no están preparados para trabajar con IA o desconocen su aplicabilidad en el sector. Este déficit en formación y especialización supone un reto, pero también una oportunidad para que las empresas refuercen sus capacidades invirtiendo en talento y programas de capacitación tecnológica.
La transformación de los departamentos financieros pasa necesariamente por la especialización en inteligencia artificial. La demanda de profesionales con habilidades en análisis de datos, automatización y machine learning está en aumento, y las empresas que apuesten por la formación en estas áreas estarán en mejor posición para liderar el cambio.
El informe también revela que las grandes empresas llevan ventaja en este proceso. Aquellas con más de 1.000 empleados han conseguido integrar soluciones de IA con mayor éxito en sus operaciones financieras, demostrando que la inversión en tecnología y formación genera beneficios tangibles. No obstante, las pymes también pueden aprovechar estas herramientas si cuentan con la orientación adecuada y eligen soluciones adaptadas a sus necesidades.
La inteligencia artificial tiene el potencial de reducir significativamente la carga de trabajo en los departamentos financieros al automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia operativa. La encuesta muestra que el 31% de los directores financieros considera la acumulación de trabajo como su principal preocupación, mientras que un 26% señala la gestión interna del equipo como un desafío clave. La aplicación
de la IA en áreas como la contabilidad, la gestión de riesgos o la planificación financiera permitirá a los profesionales centrarse en tareas estratégicas de mayor valor.
Para mantener su competitividad, las empresas deben integrar la inteligencia artificial en su operativa diaria. La clave estará en apostar por herramientas tecnológicas adecuadas y en la formación de equipos capaces de aprovecharlas al máximo.
En el panorama actual, la tecnología marca la diferencia entre la evolución y la obsolescencia. Aquellas organizaciones que sepan aprovechar el potencial de la IA y preparen a sus equipos para esta nueva era serán las que lideren el futuro del sector financiero. Es momento de actuar.