Tesorería 4.0 o cómo optimizar la gestión de tesorería a través de la digitalización

Antonio Berga,
Co-fundador de Embat

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Arrancamos un ejercicio que puede ser decisivo para definir el nuevo orden económico mundial tras la ruptura de la globalización. El Brexit, la pandemia y el conflicto bélico en Ucrania ponen de manifiesto la fragilidad de un sistema sustentado por cadenas de valor globales proteccionistas e inestables.

Se dibujan en el horizonte otros bloques internacionales que se traducen en nuevos proveedores más estables, pero, también, más caros, lo que lleva a plantear si el cambio de política monetaria conseguirá doblegar la inflación hasta los objetivos de los bancos centrales o, si, por el contrario, asistimos a una inflación estructural y, por ende, tendremos que adaptar las economías a unos precios más elevados.

En este contexto de inestabilidad geopolítica, incertidumbre económica y turbulencias en los mercados los equipos financieros necesitan más que nunca métricas fiables, visibilidad holística de los datos centralizada, integral y en tiempo real y herramientas de automatización y de inteligencia artificial que les ayuden a tener predictibilidad y agilidad en la toma de decisiones.

Lo anterior pasa por la digitalización de la tesorería corporativa, lo que se identifica como Tesorería 4.0. Una transformación digital al alcance de cualquier organización gracias al modelo de acceso a los habilitadores tecnológicos (Open Banking, Inteligencia Artificial, Machine Learning, Data Analytics y Blockchain, entre otros) del ecosistema Cloud.

Un modelo de pago por uso que ‘fintechs’ están proporcionando con soluciones que se instalan de forma sencilla, no requieren de costosas y largas integraciones en los equipos informáticos. Ni siquiera obliga a realizar formaciones a los profesionales.

A través del acceso a la nube bajo la modalidad SaaS (Software as a Service), cualquier empresa puede subcontratar soluciones financieras avanzadas y personalizadas con las que gestionar de una manera optimizada la liquidez. Un modelo de pago por uso que ‘fintechs’ están proporcionando con soluciones que se instalan de forma sencilla, no requieren de costosas y largas integraciones en los equipos informáticos. Ni siquiera obliga a realizar formaciones a los profesionales.

Open Banking: el principio de la digitalización

Gracias al Open Banking (en Europa enmarcada en la Directiva PSD2), se ha creado un caldo de cultivo para que plataformas en la nube innoven, haciendo de la digitalización y las finanzas su ‘leivmotive’. Plataformas que facilitan esa transformación digital al dar solución a las necesidades actuales de los equipos financieros:

  • Disponibilidad de los datos en tiempo real.
  • Visibilidad global, centralizada e integrada.
  • Automatización de las métricas.
  • Previsiones fiables.
  • Gestión de los riesgos.

La Directiva Europea de Servicios de Pago no solo aporta seguridad y garantías en las transacciones, sino que también define un marco jurídico para que terceros puedan acceder a la información bancaria de las organizaciones y ofrecer soluciones avanzadas para optimizar la gestión de tesorería corporativa. Hablamos de la monitorización, seguimiento y control de los datos en tiempo real, de la automatización de procesos financieros como la conciliación bancaria, el reporting, pagos y cobros, escenarios de liquidez, pool bancario o cash pooling y de dotar de inteligencia a los procesos para dar predictibilidad a las organizaciones.

Los tres pilares de la Tesorería 4.0

Esta gran revolución digital en la tesorería corporativa es un fenómeno gradual que se fundamenta en tres pilares.

1.- Conectividad

El primer pilar es seguir avanzando en la conectividad. Las empresas pueden aprovechar las funcionalidades que ofrecen estas nuevas soluciones  y el acceso a través de APIs que se comunican con sus ERPs y los bancos con los que operan. Una conectividad que, además, es bidireccional, lo que potencia las mejoras. De este modo, se deja de depender de múltiples plataformas bancarias para acceder a la información y, por ende, los equipos financieros solamente tienen que interactuar con una plataforma tecnológica que centraliza y unifica toda la información bancaria.

Además, esa conectividad abre las puertas a la automatización de los datos, liberando a los equipos de tareas manuales administrativas que no aportan valor y que consumen muchas horas, como son la conciliación bancaria o la propia contabilidad de la tesorería. La digitalización ahorra hasta un 75% del tiempo a los financieros al automatizar procesos financieros anteriormente citados.

2. ‘Embedded finance’

Este concepto es la integración de la tecnología y la tesorería a través de los habilitadores de la Industria 4.0. Aplicados a la función financiera suponen un antes y un después en la operativa de la tesorería corporativa. El mundo de las finanzas embebidas abre los servicios bancarios a otras organizaciones que no son en origen bancos, pero que son capaces de ofrecer estas soluciones en versiones más avanzadas como ya se ha mencionado. Las plataformas de tesorería se convierten, así, en agentes críticos para la gestión financiera ágil e instantánea que exige el nuevo entorno BANI (acrónimo en inglés de Brittle (quebradizo, frágil), Anxious, Non Linear, Inconmprehensible).

Anteriormente era imposible concebir que una cuenta bancaria pudiera estar 100% vinculada o integrada con un software contable y que toda la operativa que sucede en la cuenta, simultáneamente se refleje en contabilidad. Hoy las finanzas embebidas nos permiten ofrecer cuentas bancarias con esta funcionalidad.

3. Rol estratégico

Por último, al aprovechar las tecnologías digitales que facilitan la conectividad, el rol del equipo financiero evoluciona hacia un papel más estratégico, aportando propuestas que elevan la gestión financiera en la organización, convirtiéndose en otra palanca de crecimiento y resiliencia del negocio. Pero, para ello, de nuevo, es crítico que tengan acceso a la información en tiempo real para analizarla y tomar decisiones ágiles.

Como se puede comprobar, las bondades de la digitalización son numerosas y la inversión y esfuerzo para elevar la gestión de la tesorería al nivel 4.0 no son barreras. La clave está en elegir al partner adecuado con el que caminar hacia la transformación digital para optimizar el uso de la liquidez en un entorno en constante cambio.

 

Imagen: Freepik

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Antonio Berga

EMBAT

Co-fundador de Embat

Después de 11 años como director ejecutivo del área de banca de inversión y banca comercial para empresas familiares en J.P. Morgan España y Reino Unido, decide lanzar Embat con Carlos Serrano Garcia-Lison, con la idea de ayudar a los CFO a convertir la tesorería en una palanca de crecimiento global.

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