Ernesto Giralt,
Kantox FX Solutions Director
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La crisis de la Covid-19 ha forzado a los equipos financieros a dar prioridad a la gestión de la liquidez y de los flujos de caja. Desde la trinchera, muchos tesoreros han logrado aprovechar los bajos tipos de interés para refinanciar pasivos. Pero la crisis también ha puesto de relieve el impacto de las divisas y la necesidad de herramientas de software que permitan:
Superada la crisis de liquidez, los equipos financieros enfrentan nuevos desafíos, en particular en lo referido a la gestión de las divisas. ¿Cómo eliminar el riesgo de tipo de cambio frente a la volatilidad del mercado? ¿Cómo depender menos de pronósticos inciertos? ¿Cómo mejorar el ‘reporting’ de la gestión del riesgo?
Hoy en día es posible lograr todos estos objetivos — pero a una condición: digitalizar y automatizar los procesos.
Las soluciones de software permiten visualizar en tiempo real la exposición al riesgo en divisas, cubrir el riesgo transaccional desde su exacto origen hasta su final —asegurando el margen—, y reducir las diferencias contables, eliminando el ‘ruido’ que generan las divisas en la cuenta de resultados.
La automatización permite al equipo financiero reportar los resultados para que todos los interesados entiendan claramente la naturaleza del riesgo, las posibles diferencias contables generadas por la divisa, y la protección del margen. Asimismo, con tecnología, se puede implementar un setup para que estas diferencias tengan impacto de prácticamente cero.
Desde el instante en que se genera el riesgo de tipo de cambio hasta el ‘reporting’ de la cobertura, la automatización ‘end-to-end’ simplifica la vida de los equipos financieros. Con una ventaja adicional: desaparece el riesgo operativo derivado de los procedimientos manuales.
Una vez liberado de incómodas y repetitivas tareas, el equipo financiero puede centrarse en optimizar la política del riesgo en divisa. Alinear esta política con los objetivos de los stakeholders y con los objetivos estratégicos de la empresa requiere soluciones de software — de poco sirve diseñar una política si el equipo financiero carece de las herramientas necesarias para ejecutarla exactamente como se había pensado.
A partir de ahí surge la pregunta: ¿Cómo podemos aportar valor al negocio desde la divisa?
El primer paso en la formulación de una política de divisas consiste en un minucioso análisis de todo lo que viene antes de la generación del riesgo: los tipos de contratos y las modalidades de pricing, las condiciones de entrega y de pago, la cantidad de transacciones, la cantidad de divisas involucradas, etc. Este trabajo pone de relieve las ventajas de operar en divisas.
¿Cuáles son esas ventajas?
La clave es ‘hablar el idioma de las divisas’ para acercarse a los clientes y a los proveedores. Una variedad de técnicas —venta cubierta en divisa local, eliminación del ‘colchón de protección’ de los proveedores y otras de naturaleza financiera— permiten bajar el riesgo de crédito, aumentar la competitividad, penetrar nuevos mercados y ampliar los márgenes de rentabilidad. Ahí es donde el equipo financiero aporta un valor indispensable.
La política de cobertura de riesgo de tipo de cambio —indispensable para aprovechar las ventajas de las divisas— debe contemplar una serie de parámetros:
Para un exportador que ha tomado la decisión estratégica de expandirse en los Estados Unidos, y que desea mantener precios estables período tras período, un brusco aumento del tipo EURUSD —por ejemplo, de 1.06 a 1.20, como sucedió en 2020— equivale a un ‘precipicio’ o cliff que puede dañar seriamente el valor del negocio. ¿Puede permitirse subir precios más de 10% de un año a otro? ¿Renunciar a ese margen? Por otro lado, en ese mismo escenario, un importador que hubiese cubierto sus importaciones a 1.10 ha estado compitiendo con empresas que han podido comprar un 5% más barato. ¿Es relevante eso para la competitividad?
En ambos casos, una óptima política de gestión del riesgo consiste en ‘suavizar’ el tipo de cambio entre períodos mediante una cobertura ‘en capas’ — algo perfectamente al alcance de las empresas. Esta es solo una de las posibilidades que la tecnología ofrece para evitar situaciones de sobre-cobertura, y para que las empresas logren —de manera sistemática, período tras período— un tipo de cambio de protección igual o mejor al presupuestado.
Para cada escenario de ‘pricing’ es posible diseñar y ejecutar un programa específico de cobertura, o una combinación de programas que potencia el EBITDA y el Enterprise Value (EV) de la empresa.
Dados los bajos márgenes y el dinamismo de los mercados, las empresas deben aprovechar cualquier oportunidad para aumentar la competitividad, ampliando y asegurando los márgenes. Mal gestionada, la divisa puede ser un problema. Según los resultados de una encuesta reciente de Kantox, el 72% de los participantes considera necesario revisar sus programas de cobertura.
En cambio, cuando es bien gestionada, la divisa genera ventajas competitivas y mayor rentabilidad.
Para conseguir estas ventajas, la tesorería y los equipos financieros deben trabajar como uno solo junto a los equipos contables, comerciales y de compras. Y sobre todo: deben disponer de herramientas de software para mantener el riesgo cambiario bajo control. Una nueva categoría de soluciones de software, llamada Currency Management Automation, está haciendo posible esta gestión inteligente de las divisas, tal como ocurrió con el ERP en lo relativo a la integración de datos.
En Kantox estamos convencidos que los tesoreros y los equipos financieros deben liderar este proceso de cambio para que las empresas realicen plenamente su potencial en la economía mundial. La divisa no es un asunto de tesorería solamente. Es un asunto transversal, que afecta muchas facetas del negocio.
De ahí su valor estratégico.
Imagen: Nattanan Kanchanaprat / Pixabay
