CESCE
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Una adecuada planificación, constancia y capacidad para ser ágiles en la toma de decisiones son algunos de los elementos básicos para que una pyme pueda optar a impulsar su crecimiento aun en una coyuntura incierta.
La celeridad del mundo actual hace que, cada vez más, las empresas parezcan vivir instaladas en una permanente incertidumbre. Incremento de la inflación, escasez en el acceso a las materias primas, burocracia, subidas vertiginosas en los tipos de interés, cambios disruptivos impulsados por la tecnología,… Parece complicado pensar que una pyme, con recursos limitados y centrada en los retos del día a día, pueda establecer una planificación objetiva para sostener su crecimiento futuro, pero lo cierto es que es factible hacerlo, siempre que se tenga la objetividad y la disciplina necesarios, y, también, la posibilidad de apoyarse llegado el caso en la financiación ajena en el caso de que resulte imprescindible hacerlo.
La primera pregunta es, posiblemente, la más importante: ¿Cuándo es el momento indicado para iniciar una estrategia de expansión de la pyme? A pesar de lo que se pueda pensar, la única respuesta real es que no hay una receta mágica que sirva para marcar el momento propicio para llevar a cabo este proceso. Sin embargo, existen dos evidencias de la propia compañía que sirven para apoyar el inicio de este proceso de expansión. Por un lado, disponer de una liquidez abundante durante un periodo de tiempo estable y prolongado. Si eso ocurre, quiere decir que la compañía está generando un buen volumen de ventas y de ingresos, en tanto que sus gastos a corto plazo están controlados. De este modo, se está generando un excedente económico que invita a pensar que se debe invertir para incrementar el negocio.
El otro marcador es menos objetivo pero posiblemente incluso más fiable. Se trata de la opinión que se recoge de los clientes a través de las encuestas o del servicio postventa. Si se logra un porcentaje elevado de resultados positivos, la conclusión más plausible es que se ha logrado fidelizar a los usuarios y se ha conseguido un conocimiento del mercado en el que opera la empresa suficiente como para pensar que se puede extrapolar a otros segmentos. Además, es muy probable que clientes satisfechos se traduzca, también, en mayores ventas y en la posibilidad real de incrementarlas significativamente más si se establecen protocolos para la venta cruzada de productos.
Hoy en día, existen pocas dudas sobre la ventaja competitiva que supone para cualquier empresa disponer del apoyo de la tecnología para incrementar su...