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Entrenar la resiliencia frente a los retos globales

Era Group

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En los últimos años, las empresas han tenido que hacer frente a una pandemia mundial, interrupciones en la cadena de suministro, un panorama geopolítico inestable, una inflación persistente y otras muchas dificultades que afectan a su organización. Este complejo escenario obliga a los líderes empresariales a redefinir sus estrategias para garantizar el crecimiento sostenible de las compañías. Para ello, identificamos cuatro prioridades que impulsan el éxito y transforman la dificultad en oportunidad:

 

Eficiencia y productividad en el centro de la estrategia

El aumento de los costes está erosionando los márgenes de muchas empresas, lo que hace que la optimización de costes sea una necesidad. Sin embargo, esta debe abordarse con una visión estratégica para evitar recortes que comprometan el crecimiento futuro. Una auditoría exhaustiva de los gastos operativos puede revelar áreas de ineficiencia que, una vez corregidas, generan ahorros significativos.

Ámbitos como la logística, las telecomunicaciones o la energía suelen ofrecer grandes oportunidades de optimización. Actuar sobre estas partidas no solo permite mantener la competitividad, sino que también libera recursos para reinvertir en áreas clave. Por tanto, en lugar de reducciones inconexas e ineficaces, los CFOs deben apostar por una optimización más inteligente, redirigiendo los ahorros hacia una transformación operativa que fortalezca los cimientos del negocio a largo plazo.

 

Tecnología y digitalización: claves para la competitividad

El auge de la inteligencia artificial generativa ha sido el avance más significativo de la última década, convirtiéndose en una herramienta clave para optimizar procesos, mejorar la toma de decisiones y personalizar la experiencia del cliente. Asimismo, la digitalización se perfila como el futuro de las cadenas de suministro, ya que mejora su resistencia y permite reducir el gasto logístico. 

En este contexto, es fundamental implementar soluciones escalables y formar a los empleados para maximizar tanto el talento humano como las capacidades tecnológicas. Sin olvidar que, a medida que el uso de la tecnología se acelera, las empresas deberán prepararse para un mayor control normativo, priorizando la gobernanza y la transparencia para cumplir con las futuras legislaciones.

 

Gestión de la incertidumbre

La fluctuación de la economía mundial y las tensiones geopolíticas siguen presentando desafíos como las interrupciones en la cadena de suministro. Para gestionar esta volatilidad, las empresas deben ser proactivas en la diversificación de sus operaciones y en el diseño de planes de contingencia que les permitan mitigar los impactos de una crisis y adaptarse rápidamente a los cambios.

Ante riesgos como la guerra comercial entre Estados Unidos y China o el conflicto entre Rusia y Ucrania, los CFOs deben permanecer atentos a la gestión de los costes para garantizar el éxito a largo plazo y contar con las herramientas necesarias para ser competitivos. Es decir, construir cadenas de suministro más sólidas y adoptar estrategias empresariales flexibles que refuercen su resiliencia.

 

Sostenibilidad como aliado

La sostenibilidad se ha consolidado como una prioridad estratégica para las empresas. Por ello, deben identificar las formas más rentables de integrar tecnologías renovables, como la solar, eólica e hidroeléctrica, al tiempo que implementan sistemas descentralizados que fortalezcan su capacidad de adaptación. Además, si reducen el consumo energético y se orientan hacia una menor dependencia de los combustibles fósiles, no solo se obtiene una ventaja competitiva, sino que también fomenta la neutralidad de emisiones de carbono. 

Por último, es fundamental tener en cuenta que para lograr un impacto real en la sostenibilidad hay que involucrar a toda la cadena de suministro, incluidos los proveedores.

En definitiva, los CEOs y CFOs que actúen ahora, invirtiendo en tecnologías avanzadas, creando estructuras de costes flexibles y operando de forma sostenible, liderarán organizaciones resistentes y prósperas. Estas prioridades no sustituyen a las del área de desarrollo de negocio; al contrario, las fortalecen y se complementan, garantizando un enfoque holístico de la continuidad de la empresa.

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