Stratesys
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La automatización, el análisis predictivo o la digitalización de las comunicaciones permitirán agilizar y optimizar al máximo las operaciones de este departamento.
Las crisis financieras que se han sufrido en España desde 2008 han permitido recordar la importancia de una correcta gestión de la tesorería. La última pandemia está reforzando aún más esta prioridad por la complejidad y lo imprevisible de los escenarios a los que se enfrenta la sociedad.
Los conceptos de automatización, análisis predictivo o digitalización de las comunicaciones pueden aplicarse al área de Tesorería, a fin de agilizar y optimizar al máximo las operaciones y gestiones de este departamento.
Estas tendencias permiten a los profesionales del área asumir tareas más analíticas y estratégicas, entre otras cosas.
En esta línea, la consultora tecnológica Stratesys -hub nativo digital entre Europa y América-, reconocida especialista en soluciones de Tesorería, ha recopilado las siete tendencias más importantes en esta área, todas ellas ligadas en mayor o menor medida al uso de tecnología:
Un clásico en esta lista, que todavía sigue siendo una tarea en curso en muchas empresas, pero que es imprescindible para hacer una adecuada función tesorera. Para ello, hay una gran cantidad de procesos que deben ser automatizados: generación y comunicación de órdenes, obtención de previsiones de tesorería, obtención de extractos de cuenta, conciliación bancaria, contabilidad, etc. Además de los ahorros asociados a los incrementos en productividad, a liberar de tareas manuales y acelerar su realización, permite a los profesionales del área de tesorería asumir tareas más analíticas y estratégicas.
Anticipar las necesidades y riesgos financieros de una empresa es fundamental para una adecuada gestión. Disponer de soluciones de análisis predictivo (AI) o poder simular diferentes escenarios de tesorería a medio y largo plazo es clave para tomar decisiones que no pongan en riesgo la supervivencia de la empresa. No obstante, para poder predecir el futuro es necesario disponer de información histórica correctamente clasificada; lamentablemente, muchas empresas todavía tienen dificultades para obtener esta información con la calidad y en el momento adecuado, lo que limita sus capacidades de previsión y predicción.
La variedad de negocios a los que se dedica un grupo empresarial, su expansión geográfica, la segregación de sus procesos, su accionariado, etc., generan estructuras organizativas complejas que plantean importantes retos a la función de tesorería. Es necesario implantar modelos (organización + procesos + tecnología) que simplifiquen y optimicen esta gestión: centralización de procesos, contratación de Barridos Saldo Cero, implantación de un Banco Interno (Netting multilateral), Factoría de Pagos, etc.
El teletrabajo ha empujado la sustitución de la comunicación de órdenes mediante medios físicos (papel, firma manuscrita, fax, etc.) por la utilización de medios digitales. Esto tiene tres ventajas:
Además de las clásicas iniciativas para optimizar el circulante (control de crédito comercial, cobro proactivo, reducción de stocks, etc.), el Circulante también plantea opciones muy interesantes para:
La pérdida de negocio que sufren los bancos, asociada a la evolución de los tipos de interés, les empuja a aumentar la variedad e importe de las comisiones que aplican a sus servicios. Su control cada vez tiene un mayor potencial de ahorro de costes para las empresas, tanto en lo que se refiere a contratos de financiación o coberturas de riesgo como al resto de servicios bancarios. Es necesario disponer de soluciones que permitan:
Los bancos están ofreciendo sus servicios de información sobre movimientos en cuenta, emisión de órdenes de pago y cobro, etc. mediante APIs (Application Programming Interface). Esto supone un gran paso adelante porque permite realizar procesos bancarios en tiempo real, lo que abre un mundo de posibilidades a las empresas para reinventar sus negocios con aplicaciones totalmente integradas con un banco, nuevas experiencias de usuario, etc. Es una tendencia que todavía está madurando y los bancos se están posicionando para ser los referentes en esta forma de ofrecer sus servicios, lo que les permitirá captar y retener negocio con sus clientes en esta nueva era digital.