David Cano Martinez,
Socio de Afi y director general de Afi Inversiones Globales, SGIIC
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El principal cambio en el entorno económico global en las últimas semanas es la moderación de la inflación. Si en la primera mitad del año la fortaleza del consumo y la estabilidad del precio de las materias primas, entre otros motivos, provocaron que la inflación se mantuviera en cotas en la zona del 4,0%, en los tres últimos meses hemos asistido a una caída del ritmo de crecimiento de los precios, hasta acercarse hacia el 3%. De hecho, en el caso de la zona del euro se ha situado por debajo del 2,0%, lo que ha abierto la puerta a los recortes de tipos de interés del BCE. Y, lo que es más importante, a expectativas de que a lo largo de 2025 sitúe su tipo de intervención en el 2,0% (o, incluso, por debajo).
Inflación global
Este recorte tendrá implicaciones para los mercados financieros. Especialmente porque la revalorización que se puede esperar para la liquidez y los fondos monetarios van a disminuir de forma importante. Si en 2024 han sido una de las inversiones más atractivas (ganancias del 3,5% en los últimos 12 meses), al menos cuando se relativiza entre la prácticamente nula volatilidad (de apenas el 0,2%), en 2025 el escenario será otro. Las expectativas de revalorización son del 1,25% - 1,75%, lo que implica una cota que, aun siendo positiva, será menor que la inflación esperada.
Evolución anual del índice Afi de fondos de inversión monetarios
Los estímulos monetarios no solo proceden desde la zona euro, sino también desde EE.UU. El crecimiento del PIB de este país se mantendrá en el 2,0% el próximo ejercicio, según las últimas previsiones de la Reserva Federal que, combinado con una inflación del 2,0%, justifica un tipo de intervención claramente inferior al actual (5,0%). El mercado descuenta que podría recortarlo hasta el 3,0%, lo que otorga margen de cesión para el tramo largo de la curva de tipos de interés. Con ello, el posicionamiento en duración parece claro: alargar. Porque ahora existe un elemento diferencial respecto a los dos últimos años. Nos referimos a la pendiente positiva de la curva, esto es, que los tipos de interés a largo plazo (10 años) son más altos que los tipos de interés a corto plazo (2 años).
Previsiones de la Reserva Federal de EE.UU.
Por último, es necesario hablar de la situación de la economía china. Las señales de debilidad de su demanda interna son claras, con una clara incapacidad de reactivación del consumo de las familias y la persistencia de una burbuja inmobiliaria (ante un exceso de viviendas). Y aunque la demanda externa sigue siendo un motor del crecimiento, presenta señales de moderación. Si bien el crecimiento del PIB se mantiene en una cota envidiable (4,5%), aquel país necesita ritmos incluso superiores (5,0%), al tiempo que conviene advertir del riesgo de que en 2025 asistamos a un “frenazo”. Por ello en las últimas semanas se están acumulando anuncios de medidas de estímulo en todos los frentes por parte de las autoridades: consumo, política monetaria monetario, mercado bursátil, incentivos fiscales y mercado de la vivienda. Y tendrán que venir más decisiones en próximos días que, como decimos, deben tener el foco en el crecimiento del PIB y en acabar con la burbuja inmobiliaria. La reacción de la bolsa china (medida a través del índice CSI 300) ha sido positiva, con alzas importantes (del 20%) que, no obstante, no hacen más que matizar el claro peor comportamiento de ese mercado. De hecho, a pesar la fuerte revalorización reciente, se sitúa un 30% por debajo de los máximos de primavera de 2021. Señalar que el resto de índices relevantes cotizan un 30% por encima, en zona de máximos históricos.
Efectivamente, las bolsas están en máximos. Muchos advierten de la incoherencia de estos niveles ante los factores de riesgo, especialmente los geoestratégicos. Y es verdad: son muchas las incertidumbres sobre elecciones, guerras y tensiones políticas, pero no lo es menos que la economía mundial sigue expandiéndose, que la inflación se modera, que los bancos centrales están ya bajando los tipos de interés y que los beneficios empresariales están avanzando (al 10%). Es decir, la “realidad macro y microeconómica” frente a los “riesgos potenciales”.
Otro ángulo para el debate pueden ser las valoraciones alcanzadas por las bolsas. A pesar del fuerte crecimiento de los beneficios (así como de las expectativas de que crezcan al 13% en 2025), no es menos cierto que las alzas de los precios son superiores, lo que lleva a ratios de valoración (PER) por encima de la media histórica (en el MSCI ACWI del 19,4x vs 15,4x).