David Cano Martinez,
Socio de Afi y director general de Afi Inversiones Globales, SGIIC
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En este momento del ejercicio es habitual hacer balance de lo que ha sucedido en los últimos 12 meses y comprobar el grado de acierto y error en las previsiones que se manejaban hace un año. Vaya por delante la conclusión: el ciclo económico mundial ha ido mejor de lo esperado y la inflación se ha moderado en línea con lo anticipado, si bien con cierto retraso (no fue hasta finales de la primavera). La política monetaria ha actuado en consecuencia y ha aplicado el recorte de tipos de interés que se esperaba, si bien comenzado el proceso algo más tarde (en línea con la resistencia del ciclo económico y la algo más “pegajosa” inflación).
Inflación global
Si a finales de 2022 el temor era asistir a una estanflación, que finalmente no se materializó (el PIB mundial creció en 2023 al 3,4% y la inflación global cedió del 8% al 4,0%), a finales de 2023 la palabra más utilizada fue “aterrizaje suave”. Con una repetición de la tasa de crecimiento, está claro que tampoco se ha cumplido la previsión. Y en materia de inflación el resultado ha sido una moderación adicional, hasta el 3,3%. Por lo tanto, la combinación de un crecimiento del PIB mundial del 3,3% y de una inflación del 3,3% revelan un escenario económico, en términos generales, mejor de lo previsto hace un año y relativamente satisfactorio.
Tras este titular se debe señalar que hay diferencias por países. Sobre todo entre EE.UU. y la zona euro. EE.UU. vuelve a mostrar una envidiable capacidad de crecimiento y va a mantener la elevada tasa que ya mostró en 2023 (cercana al 3,0%). En la UME, sin embargo, el avance es mucho más modesto (0,7%). Es verdad que se sitúa algo por encima de la previsión que había hace un año (0,7% vs 0,5%) pero un análisis más profundo revela diferencias intra zona euro: España, con un +3,1% sorprende por su elevado dinamismo y Alemania, con un -0,1% es, de nuevo, la gran decepción.
Como también decepciona Japón, economía cuyo PIB apenas avanzará este año, con una tasa de inflación estable en el 2,2%, que ha aprovechado el Banco de Japón para subir los tipos de interés en dos ocasiones. Todo lo contrario al resto de bancos centrales que este año han recortado los tipos (otras excepciones son Brasil, Rusia y Turquía).
Variaciones de tipos de interés de los bancos centrales en 2024
En este entorno, comentar que justo cuando escribo esto, el BCE ha decidido rebajar en 25 pb sus tipos de interés de referencia, situando la facilidad de depósito en el 3,0%. Sin sorpresas, por lo que lo más interesante es la revisión de las previsiones de crecimiento del PIB y de la inflación de la zona euro. Respecto el BCE espera una recuperación económica más lenta de lo previsto en septiembre, con un crecimiento proyectado del 0,7% para 2024, 1,1% para 2025 y 1,4% para 2026 (1, 2 y 1 décima menos que en septiembre). El BCE publica por primera vez la previsión para 2027, situándola en el 1,3%, ligeramente por debajo del crecimiento potencial de la zona euro. La inflación general se prevé en 2,4% en 2024, 2,1% en 2025, 1,9% en 2026 y 2,1% en 2027. Reduce una décima la previsión anual de este año y el siguiente. La inflación subyacente se proyecta en 2,9% en 2024, 2,3% en 2025 y 1,9% en 2026 y 2027. En este caso, apenas ha habido cambios significativos respecto a su previsión de septiembre. El BCE ha señalado que los riesgos en el crecimiento están orientados a la baja, mientras que enfatiza que las sucesivas proyecciones de inflación invitan a pensar que se situará en el 2% en el medio plazo y, a pesar de la incertidumbre que pueden introducir las políticas arancelarias, sus riesgos se encuentran balanceados.
Proyecciones de crecimiento del PIB y de la inflación de la zona euro del BCE